domingo, 25 de abril de 2010




Cierto día , caminando por la playa reparé en un hombre que se agachaba a cada momento, recogía algo de la arena y lo lanzaba al mar . Hacía lo mismo una y otra vez.

Tan pronto como me aproximé me di cuenta de que lo que el hombre agarraba eran estrellas de mar que las olas depositaban en la arena, y una a una las arrojaba de nuevo al mar.

Intrigado , lo interrogué sobre lo que estaba haciendo,y me respondió :

Estoy lanzando estas estrellas marinas nuevamente al océano.

Como ves , la marea es baja y estas estrellas han quedado en la orilla ; si no las arrojo al mar morirán aquí por falta de oxígeno.

Entiendo, le dije, pero debe haber miles de estrellas de mar sobre la playa.

No puedes lanzarlas a todas. Son demasiadas .

Y quizás no te des cuenta de que esto sucede probablemente en cientos de playas a lo largo de la costa ¿no estás haciendo algo que no tiene sentido ?

El nativo sonrió , se inclinó y tomó una estrella marina y mientras la lanzaba de vuelta al mar me respondió: ¡ para esta si lo tuvo !

Cada mensaje de estos es una estrella que arrojo al mar...

Sé que en este mundo complicado, trastocado, acelerado, equivocado, un gesto de ternura y solidaridad no alcanza...

Nada puedo hacer para solucionar las penas del mundo pero mucho puedo hacer para ayudar en el pedacito de mundo que me toca.

Si alguna vez pude a través de estos mensajes, hacerte sonreír, llorar, emocionar, reflexionar... entonces eres una de esas estrellas que ha vuelto al mar a contarle a las otras que la bondad existe, que de los momentos límite también se sale, que todavía existen seres que creen en los demás.

Autor desconocido.